La exfoliación consiste en retirar esa capa de células muertas para que la piel que lucimos sea la mejor y más nueva, pero ¿cuándo debemos exfoliarnos? ¿por la mañana, antes de dormir? ¿cómo se exfolia cada tipo de piel, es igual? ¿qué productos utilizar? ¿cada cuánto tiempo?
La piel se renueva de forma natural cada 28 días, es decir, que día a día va haciendo “piel nueva” que queda bajo una capa de piel muerta, pero no podemos exfoliar igual el cuerpo que la cara, pues son pieles totalmente distintas y con diferentes sensibilidades.
LA CARA
La piel seca debe exfoliarse una vez a la semana. Las pieles sensibles cada diez días y probando antes en una pequeña zona del rostro poco visible. Las pieles grasas sin acné pueden exfoliar una o dos veces por semana. Las pieles con acné deben hacerlo cada dos semanas y utilizando productos específicos.
El mejor momento para exfoliar es por la mañana, pues durante la noche la actividad de renovación celular es mucho más alta y las células muertas se habrán acumulado en mayor cantidad.
Los alfahidroxiácidos, el retinol, el óxido de luminio, el hibiscus y la rosa mosqueta con salvado o avena son los más efectivos y menos lacerantes, por lo que serán los mejores productos para higienizar y exfoliar tu piel.
Exfolia con la piel ligeramente húmeda, en movimientos circulares lentos que no estiren la piel. Comienza desde la nariz hacia afuera, después frente y por último barbilla. Cuando hayas terminado enjuaga con agua tibia o una toalla caliente, también desde dentro hacia fuera. Finaliza con agua fría o un paño previamente conservado unos minutos en el congelador, con pequeños golpes que activarán la circulación y cerrarán los poros.
Nunca exfolies la zona del contorno de ojos, pues es una zona muy sensible y es muy fácil que la irritemos. Sin embargo, puedes exfoliar tus labios probando con una mezcla casera de la infusión que más te guste, zumo de naranja o limón, vaselina, miel o aceite de oliva con semillas de chía o con azúcar moreno.
La duración de la exfoliación no debería sobrepasar el medio minuto de duración en cada zona porque puede afectar a la capa oleosa de la piel y dejarla indefensa. Hay que hacerlo siempre sin presionar y con cuidado.
Es mejor no utilizar esponjitas ni cepillos porque la piel muerta queda en sus agujeros acumulando bacterias que pueden infectar nuestros poros en la siguiente aplicación. Puedes utilizar toallitas exfoliantes o probar a hacerlo con tus propias manos, previamente bien lavadas y utilizando tus dedos para llegas a las zonas más difíciles, como las aletas de la nariz.
Después de exfoliarte, hidrata bien la piel y aplica un protector solar para protegerla de los agentes externos.
EL CUERPO
Las pieles normales deberán realizar una exfoliación corporal una vez a la semana y las pieles sensibles una vez cada 10 días.
La ducha es el lugar perfecto para aplicar el exfoliante, masajearlo y retirar los restos del cosmético posteriormente. La mejor forma de limpiar los restos de producto tras el masaje es con agua caliente que no supere los 37 grados y luego con agua fría para que el contraste de temperaturas nos ayude a tonificar
Los exfoliantes en gel o en crema con bolitas exfoliantes. Los corporales suelen ser más fuertes que los faciales, pero hay para todo tipo de pieles, así que debes buscar el que mejor se adapte a ti. También los podemos encontrar directamente en los geles de ducha, que hacen una doble función, o podemos fabricarlos en casa con azúcar, sal o semillas mezclados con una crema hidratante, aloe vera o aceites esenciales.
No basta con aplicar el producto: el masaje que hagamos con nuestras manos es una de las claves para que este ritual funcione. Para estimular la circulación y favorecer el drenaje es importante que los movimientos sean siempre de forma ascendente o en círculos: los ascendentes deben hacerse en brazos y piernas, mientras que los circulares están más indicados para la zona del abdomen, el pecho, la espalda y los glúteos.
La exfoliación corporal no tiene contraindicaciones, excepto su aplicación en heridas abiertas o quemaduras, pero las pieles sensibles deben tener más cuidado y aplicar exfoliantes más suaves pero no dejar de exfoliarse, pues una piel exfoliada absorberá mejor cualquier producto hidratante. Y es importante que la exfoliación no duela, pues no hay que presionar ni rascar.
Podemos utilizar para una exfoliación más profunda esponjas vegetales o de fibras, que nos ayudarán a que el producto penetre más en la piel y a retirar las pieles muertas.
Lo ideal sería aplicar una buena hidratación después de exfoliar la piel y dejar que se absorba la crema, aceite o mascarilla sin tener prisa, por lo que el fin de semana será la mejor opción para tomarse la exfoliación como parte de un ritual de relajación y cuidado para ti misma.
Y si prefieres una exfoliación más profesional, tienes algún problema en la piel, quieres lucir perfecta para un evento, o tienes dudas, consulta con un profesional que te la realice, seguro que sabrá darte buenos consejos y te explicará qué productos son mejores para tu tipo de piel, cada cuanto debes hacértela y cómo tienes que realizarte los masajes con el exfoliante.