¿Eres incapaz de dejar de morderte las uñas? ¿cuando te las estás dejando largas se te parten? ¿no te crecen sanas y bonitas? La reconstrucción de uñas es la solución.
El negocio de las uñas está creciendo y cada día las técnicas utilizadas para su tratamiento son más innovadoras. Una de las técnicas más demandadas es la reconstrucción de uñas, ya que es indolora, no es cara, queda natural, es duradera y ayuda a potenciar el crecimiento de tu propia uña.
La onicofagia, es decir, el mal hábito de morderse las uñas, es una de las más comunes manías entre adultos y niños.
Morderse las uñas, a parte de ser antiestético, es perjudicial para nuestra salud, ya que en el momento de mordernos las uñas podemos pillar una infección que afecte a nuestro cuerpo, y encías o dientes. Y también a nuestras propias uñas.
Con la reconstrucción de uñas podrás tener unas uñas bonitas, pero, sobre todo, sanas.
¿Y en qué consiste la técnica? Pues es muy sencillo. Después de decidir con el o la profesional la longitud, te preparan la uña y las cutículas y después va creando sobre tu propia uña una artificial esculpiéndola poco a poco hasta llegar a la longitud deseada. Una vez construída, secada y limada la uña, puedes hacerte la manicura que desees y disfrutar de unas uñas bien cuidadas hasta que la tuya vaya creciendo.
Es ideal porque mediante este procedimiento indoloro puedes conseguir unas uñas perfectas al instante y acostumbrarte a unas uñas más largas para cuando crezcan las tuyas. Este tratamiento es para mujeres, pero también para hombres y niños, ya que simplemente con no pintarlas y pedir una acabado natural bastaría.
El único cuidado posterior al tratamiento sería hidratar las cutículas para que nuestra uña crezca bien con un aceite rico en vitaminas e ir menteniéndolas en el centro a medida que vayan creciendo.